Hola, me llamo Yann y soy el padre de Bruna, una adolescente con una pluridiscapacidad severa derivada de una enfermedad rara y de la cual no conocemos ningún otro caso. Además, soy jefe de cocina.
¿Y por qué, en esta introducción, añado mi profesión? Debido a mi ocupación profesional, he estado poco presente en el día a día de mi hija; la hostelería es un sector en el que se trabaja bajo mucha presión y con horarios imposibles de compaginar con los cuidados diarios de una persona tan dependiente como Bruna.
Desde hace unos meses decidí solicitar el subsidio CUME y dedicarme al cuidado de mi hija, en detrimento de mi carrera profesional.
Normalmente, es una labor que realizan las madres, las cuales dejan aparcada su faceta profesional para cuidar, acompañar y atender las múltiples necesidades de sus hijos. Dejamos en sus manos las terapias, la infinidad de trámites administrativos, las visitas y pruebas médicas, los ingresos, las tareas escolares… Este hecho se debe, habitualmente, a que los factores que priman en una pareja a la hora de decidir quién realiza esta labor suelen atender a razones económicas (sueldo de los progenitores) o de carácter sociocultural. Estos factores dan como resultado que haya un mayor número de madres que solicitan este subsidio, respecto al número de padres que lo hacen.
En mi caso, pesaron dos razones de gran importancia a hora de tomar la decisión de solicitar la CUME:
- por un lado, el deseo de estar al lado de mi hija; sentía que había perdido mucho tiempo por el camino para cuidar cotidianamente de ella;
- por otro, la necesidad de relevar a mi mujer en esa dedicación, casi en exclusiva, del cuidado de nuestra hija. Para hacerlo, ella tuvo que renunciar durante muchos años al desarrollo de su carrera profesional cuando la CUME todavía no existía para las familias como la nuestra,
Con el paso de los años, Bruna ha ido creciendo y requiere de mayor fuerza para desplazarla, su salud es más frágil y han aumentado el número de ingresos hospitalarios y visitas a especialistas; siento mayor necesidad de estar cerca de ella para acompañarla, mimarla y estar a su lado para lo que necesite, no solo cuando mi trabajo me lo permita, sino cada día de la semana.
Para mí, ha sido un cambio radical de vida pero me ha hecho sentir bien conmigo mismo y con mi familia.
Yann Rouillon, padre y cuidador de Bruna y un apasionado de la gastronomía y de la vida.
Representa a una de las familias vinculadas a Afecto Mariposa y hoy nos ha querido hablar desde su experiencia entorno a la CUME