La música alimenta nuestros oídos, nuestra mente y nuestras emociones. Cuando escuchamos una canción o una melodía, nos transportamos a una época, a un momento, hasta nos podemos comunicar con ella porque nos evoca sentimientos y estados de ánimo. Con más razón, nuestros hijos con necesidades especiales pueden disfrutar, aprender y comunicarse a través de ella.
Esta semana ha tenido lugar la celebración del Día Mundial de la Musicoterapia (1 de marzo). Por eso hemos querido compartir con vosotros/as algunas ideas clave, gracias a la colaboración de Núria Bonet, musicoterapeuta de la Associació Ressò y del programa de musicoterapia del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.
La música es un lenguaje y como tal, ayuda a la expresión, tiene unos elementos que permiten expresarse sin palabras y por tanto, la música por ella misma, ya es terapéutica porque incide directamente en el cerebro. Así pues, provoca cambios hormonales, también a nivel fisiológico en el organismo, estabiliza y estimula o bien relaja, es un elemento socializador y ayuda a conectarse con el interior de cada uno.
Existen muchos estudios de música y medicina que lo corroboran. En el hospital se ha demostrado que, a través de las máquinas y los aparatos, los parámetros vitales varían en los recién nacidos, antes, durante y después de las sesiones de musicoterapia.
Hablemos de musicoterapia y necesidades especiales
En concreto, la musicoterapia puede ayudar a las personas con necesidades especiales tanto a nivel de comunicación como de estimulación ya que los parámetros de la música que son el ritmo, la melodía y la armonía, se interrelacionan con los parámetros de la persona, su estado físico, su estado emocional y su estado mental. Esto facilita una mejor comunicación y los estimula, por ejemplo, si necesitan moverse o desplazarse, el hecho de que la música tenga un pulso y un ritmo, al sincronizarse con el pulso de la persona o con su latido, esto puede contribuir a que se active. Es una herramienta más que pueden tener para expresar emociones como la alegría o incluso el enfado picando un instrumento.
Últimamente, se han realizado estudios donde se demuestra que la música permite conexiones neuronales que de otra manera no podrían tener lugar, por ejemplo, personas que han sufrido un ictus y han perdido el habla, cantando pueden decir palabras.
De la misma manera que se hacen actividades extraescolares de música a nivel ordinario, un niño con necesidades especiales puede tener su actividad de musicoterapia donde actuará de manera más activa o más pasiva en las sesiones, dependiendo de su grado de afectación.
Existen asociaciones de diferentes tipos o dirigidas a determinadas patologías que ofrecen a las familias sus propias sesiones de musicoterapia, también pueden hacerse a nivel particular en el domicilio pero esta modalidad no está subvencionada y por tanto es poco asequible. Las escuelas municipales de música están empezando a instaurar esta modalidad pero se trata de un proyecto bastante verde, todavía.
Existen convocatorias públicas a nivel de ayuntamientos o autonómicas, sobre todo privadas, para pedir ayudas desde las asociaciones con el fin de ofrecer terapias como puede ser la musicoterapia, pero se deben presentar desde una entidad reglada.
Agradecemos a Núria toda esta información que seguro puede ser útil a las familias que buscamos incansablemente terapias que estimulen y hagan disfrutar a nuestros hijos.
Yo misma, como madre de una niña con necesidades especiales he podido comprobar los beneficios de este tipo de terapia al ver como, poco a poco, se crea un vínculo entre el musicoterapeuta y ella. El rechazo a algo nuevo, se va venciendo hasta conseguir una atención total, es su espacio de conexión, y lo demuestra relajándose, emitiendo sonidos y ofreciendo la mejor de sus sonrisas cuando la melodía o la canción le transmite bienestar o la estimula para mostrar su lado más comunicativo. Verla conectada con la música y su entorno es un regalo para el resto de la familia.
Por Natàlia Tintoré, madre de Bruna, representa a una de las familias vinculadas en la construcción de Afecto Mariposa, para aportar desde su conocimiento como técnica en captación de fondos y organización de eventos, su experiencia personal y profesional con la discapacidad.