Soy Marta, y entre otras cosas, mamá de 3 peques, Martina y los mellizos Pau y Iona. Escribí este cuento debido a una tarea que nos encargaron en un posgrado que estoy realizando sobre neuroeducación. De hecho, cuando nos propusieron la tarea de escribir un cuento, lo primero que pensé fue en escribir sobre algún tema banal, pero enseguida algo me impulsó a plasmar el reflejo de nuestra familia y como intentamos afrontar todo lo que nos va viniendo.
Desde hace 6 años la vida nos cambió bastante, no solo por el hecho de tener mellizos añadido a una hija mayor de 2 años y medio, sino que Iona, la protagonista y fuente de inspiración del cuento, debutó con una epilepsia refractaria. A día de hoy seguimos sin un diagnóstico claro, pero todo apunta a que padece una enfermedad genética minoritaria. Los aprendizajes como padres de 3 niños y una con una mochila añadida, han sido muchos, pero el mayor ha sido el mensaje que he intentado transmitir en este cuento. Y como no quiero desvelar demasiado de qué va el cuento, cito una frase de Victor Küppers que me inspira mucho: “La felicidad no es un sentimiento, es una decisión”.
A menudo siento que las personas de nuestro alrededor nos miran con ojitos tristes. Y yo siempre pienso, ¡si soy afortunada de tener la maravillosa familia que tengo! No negaré que hay momentos durillos, como cuando la habitación de un hospital se convierte en tu segunda casa o cuando las dudas sobre el futuro de Iona nos inundan la cabeza. Pero ¿y quién no tiene que superar obstáculos en esta vida? Tanto mi marido como yo, intentamos por el bien de Iona y también para mis otros dos hijos, Martina y Pau, convertir las adversidades de la vida en oportunidades de aprender y mejorar como personas. Y por qué no, nos gustaría conseguir que el mundo vea la diversidad como lo que define la palabra, diverso, diferente, pero no como algo peor ni algo de lo que uno tenga que esconderse.
Os animo a que leáis el cuento y en vuestras manos está escoger cómo se desarrolla. Muchas son las cosas que nos va deparando la vida, pero al igual que en el cuento, siempre hay 2 formas de afrontarlas, y esto repercutirá directamente en nuestro grado de felicidad.
Y tú, ¿qué opción escoges frente a las adversidades de la vida?
Soy Marta Mota, mi profesión es docente de secundaria de biología y ciencias. Estoy casada con Santi y soy madre de Martina (8 años) y de Pau y Iona, mellizos (6 años). Pertenezco al grupo de apoyo emocional de Afecto Mariposa, para mi todo un regalo, ya que me ha permitido conocer a más familias con hijos con discapacidad y encontrar en ellas una fuente de inspiración y saber que no estamos solos en este viaje.